Los gigantes tecnológicos están recurriendo a sitios de desastres nucleares para impulsar centros de datos de inteligencia artificial. Este movimiento ha sido confirmado por varias fuentes confiables de la industria energética. Empresas como Google y Microsoft buscan espacios con acceso a energía eléctrica estable y de bajo costo para sostener sus crecientes operaciones de inteligencia artificial.
Según información oficial, los sitios afectados por desastres nucleares pasados ofrecen amplios terrenos y, en algunos casos, energía disponible que puede ser reutilizada bajo estrictas regulaciones. No obstante, las autoridades han confirmado que estas zonas aún presentan desafíos de seguridad importantes, aunque se han tomado las medidas necesarias para garantizar el bienestar de los trabajadores y evitar nuevos incidentes.
La iniciativa ha sido implementada en ubicaciones como Chernóbil y otros sitios anteriormente inutilizables. Las fuentes indican que la radiación en estas áreas ha sido controlada en niveles aceptables para llevar a cabo proyectos de infraestructura con la seguridad adecuada. Estas zonas no solo son atractivas por sus bajos costos, sino también por su aislamiento, lo que las convierte en áreas estratégicas para albergar centros de datos sensibles.
A pesar de los riesgos asociados, los datos indican que el interés en estos terrenos sigue creciendo debido a la necesidad de reducir el impacto ambiental de las operaciones de grandes compañías tecnológicas. Estos sitios permiten acceder a energía nuclear, que en muchos casos se considera una fuente más limpia comparada con el uso de combustibles fósiles.
Los informes técnicos han destacado que la transición hacia el uso de estos sitios para infraestructura tecnológica continúa siendo monitoreada de cerca por expertos en seguridad. Además, el proceso ha sido catalogado como seguro bajo los estándares internacionales, siempre que se sigan los protocolos establecidos para operar en áreas que fueron afectadas por radiación.
El interés de las empresas tecnológicas en sitios de desastres nucleares sigue creciendo, y varios gobiernos han comenzado a analizar la posibilidad de ofrecer incentivos para desarrollar nuevas tecnologías en estas áreas. Aunque los centros de datos que se están construyendo aún no están operativos, las proyecciones indican que estos podrían estar funcionales en los próximos dos años.